Tres eran tres...
De las tres ermitas de Caballar, aún siguen en pie los muros de mampostería de una de ellas, San Fructuoso, al borde del sombreado camino que conduce a la ermita de la Fuente Santa, donde se celebra la curiosa tradición de "Las mojadas"; y es que, según ella, en época de sequía, se sumergen los cráneos de los mártires San Valentín y Santa Engracia, hermanos del patrón de la diócesis, San Frutos, para hacer llegar la lluvia.
La vegetación inunda el valle donde se asienta Caballar, zona de fuentes y huertas feraces, que se esconde de la cercana llanura amarilla de cereal.
Caballar es un pequeño oasis donde el calor del verano se mitiga en el frescor de la fronda que acompaña al arroyo de las Mulas.
Un hermoso paseo alrededor del pueblo nos va a descubrir una de las más curiosas tradiciones de la provincia, la de Las Mojadas, que revive el martirio de los dos hermanos de San Frutos, el patrón de Segovia, San Valentín y Santa Engracia, que se convirtieron con su muerte en un remedio frente a la sequía.
San Valentín y Santa Engracia, martirizados por los sarracenos por defender su fe, fueron decapitados y sus cabezas arrojadas a una fuente próxima a Caballar, la llamada Fuente Santa. El hecho de haber estado sumergidas en agua les confirió un especial poder para atraer la siempre deseada lluvia, por lo que, en circunstancias de extrema sequía, los habitantes de Caballar procedían a sumergirlas de nuevo en su fuente, donde una vez habían estado. Hasta 1992 este ritual, llamado Las Mojadas, se repitió y dicen que con un alto porcentaje de éxito.
Actualmente, en su recuerdo, el primer domingo de Septiembre las reliquias de Engracia y Valentín son sacadas en procesión desde la iglesia parroquial del pueblo, donde se custodian, hasta la dehesa donde se encuentra la Fuente Santa.
La ermita en ruinas de San Fructuoso o San Frutos, un edificio tardío, no está muy lejos de la fuente donde se sumergen ritualmente las cabezas de sus hermanos; se trata de un sencillo edificio rectangular de planta cuadrada, que encontraremos en el propio camino a la Fuente Santa.
En una plaza del pueblo, en dirección a Pavía, encontraremos fácilmente a Santa Catalina, rehabilitada, una construcción tardía de 1783, tal como reza en su fachada y sabemos también de San Zoilo, que debió desaparecer incluso mucho antes de esta fecha.
ℹ️ Las tres ermitas fueron pioneras en la celebración de esta curiosa tradición de las Mojadas, ya que la ermita de la Fuente Santa no se construyó hasta entrado el siglo XX. Hasta entonces, las procesiones salían de la iglesia parroquial y recorrían Santa Catalina, San Zoilo y la Fuente Santa. Después de la inmersión de cráneos, y tras pasar por la ermita de San Frutos, continuaban de regreso hasta la iglesia parroquial de Nuestra Señora de la Asunción.
🚶♀️Un paseo a la sombra del vergel inesperado que ofrece Caballar es siempre una invitación bienvenida. El recorrido circular comienza en el puente que precede al pueblo según se viene desde Segovia y nos bastará seguir el río y su camino. Pronto encontraremos las ruinas de San Frutos a nuestra izquierda y un poco más adelante giraremos a la derecha para encontrar el indicador de la Fuente Santa. De allí atravesando prados siempre verdes volveremos al pueblo por su lado opuesto. Atravesaremos al otro lado del pueblo donde nos esperan más sorpresas: dos valles encañonados, comunicados entre sí, donde encontraremos los manantiales que dan la vida a esta localidad. Un hermoso recorrido en cualquier época del año, que puedes ver aquí.
Y, para más osados, recomendable la tercera etapa del popular CAMINO DE SAN FRUTOS. ¡Ánimo!