San Miguel
En tierras de Sepúlveda, cómo no, esta pequeña ermita desamparada, vivió con seguridad momentos de gloria e incluso llegó a ser conocida por dos dispares advocaciones, Santa Isabel y San Miguel Arcángel. Fue sin duda el templo parroquial de Fresneda de Sepúlveda, un caserío semi despoblado dependiente de Sotillo, al que se une por una irregular y olvidada carretera de casi tres kilómetros.
El templo, románico, posiblemente del XIII, en el casco urbano del semi despoblado de Fresneda de Sepúlveda, conserva, además de su puerta de ingreso al estilo sepulvedano, una hermosa espadaña, rematada por un frontón triangular, a la que se adosaba una curiosa y original escalera exterior, recientemente hundida.
Su puerta de ingreso conserva a duras penas la decoración que en su día tuvo, al estilo sepulvedano.
Tres arquivoltas la adornan, y de ellas, la central, aún se apoya en capiteles decorados, ya desgastados por el paso del tiempo. Una imagen de San Miguel fue recatada de la ruina y se conserva en una vivienda particular del pueblecito.
🔎 Nos invade la rabia y la tristeza. Aunque modesta en su fábrica, Santa Isabel o San Miguel Arcángel, debería al menos estar consolidada o reutilizados sus elementos más significativos. Otra pequeña joya para el olvido en el circuito sepulvedano del Duratón.
La ermita debía usarse en contadísimas ocasiones, como en la fiesta de la localidad, el 2 de julio. La decadencia de la aldea, su aislamiento (sólo una carretera permite acceder al caserío) y la falta de uso propiciaron sin duda la ruina del templo, que en 2021 perdió parte de la escalera de acceso a su espadaña (ver fotografía al pie) por un derrumbe. Un edificio ignorado y olvidado que dentro de poco dejaremos de ver.